viernes, 14 de octubre de 2016

Pantallas de led , sonido , videowall . Para ferias y congresos . Equipos audiovisuales

Internet se lo tomó a broma, pero la compañía surcoreana se enfrenta a una grave crisis interna a consecuencia de la retirada del flamante Galaxy Note 7, que no ha durado ni un mes en las estanterías de las tiendas. Según estimaciones, la broma podría salirle muy cara a Samsung: unos 2000 millones de dólares en pérdidas a nivel mundial. 
El problema ha venido cuando se han detectado 35 terminales cuya batería ha explotado. El caso es¿Por qué?.
La compañía ha reconocido que el principal problema se encuentra en lasc eldas de las baterías. Estas celdas electroquímicas son dispositivos preparados para facilitar energía eléctrica a partir de reacciones químicas. En el caso de Samsung, al igual que otros de sus competidores, estas baterías son de ion de litio. Aunque actualmente son las que mejor servicio facilitan, es conocida su rápida degradación y su alta sensibilidad a altas temperaturas. Si existe un error en el sistema que no aisle bien la batería, pueden llegar a explotar.
Para transportar el litio del ánodo al cátodo, se utilizan habitualmente electrolitos líquidos, el Santo Grial que permite que la batería de nuestro teléfono aguante, en la medida de lo posible, nuestro ritmo de vida. El problema es que este método requiere de determinadas reacciones químicas para funcionar que deben estar completamente controladas. Especialmente con baterías tan sensibles como el litio. Un sobrecalentamiento provocaría que estos electrolitos pasarán de un estado líquido a vapor, lo que conllevaría la irremediable búsqueda de una salida al exterior que podría hacer explotar el terminal.

¿Cómo funcionan las baterías y porque pueden incendiarse?
Las baterías de ión de litio usadas por Samsung, producidas por varias otras compañías, entre ellas su filial Samsung SDI, son del tipo recargable que utiliza diversos materiales, uno con iones positivos -el cátodo- y otro con iones negativos, el ánodo.
Estos iones se desplazan en una dirección en el momento de la carga, y en sentido inverso cuando se descargan, al ser usadas.
Estas dos capas, o conductores, no deben supuestamente estar en contacto por lo que los productores insertan separadores para que permanezcan estancas.
Desgraciadamente, la reacción química que permite que funcionen las baterías también crea calor. Una sobrecarga del artefacto -o una carga demasiado rápida- puede provocar fuego.
¿Qué ha ocurrido con las baterías de Samsung?
Samsung admite que algunas partes de la batería que nunca debieron entrar en contacto sí lo hicieron debido a un "muy inhabitual error en el proceso de producción".
La carrera hacia mejores resultados para incrementar la autonomía de una batería, en un mercado muy competitivo, puede conducir a resultados inesperados.
"Los fabricantes de 'smartphones' intentan reducir el tamaño de estas baterías para hacerlas más finas" explica Hideki Yasuda, analista en el Ace Research Institute de Tokio. "Dado que las baterías generan energía mediante una reacción química, es difícil reducir el riesgo (de ignición) a cero", añade.
¿Ha ocurrido esto antes?
Sí. Se han producido combustiones en diferentes productos tales como los ordenadores portátiles Sony Vaio, bicicletas eléctricas o incluso en componentes de los aparatos de aviones Boeing Dreamliner.
¿Está muy extendido el problema?
Cada año se producen millones de baterías de ión de litio, y la proporción de las que son defectuosas es pequeña.
En el caso de Samsung, el responsable de la división de telefonía del grupo había asegurado en septiembre que el porcentaje de aparatos defectuosos era de 24 por cada millón.
Samsung se vio forzado a ordenar el 2 de septiembre un llamado a revisión a escala mundial de 2,5 millones de unidades del Note 7, después de que algunos aparatos ardieran al estallar la batería durante la carga.
Ello pareció paliar la crisis, pero luego se reveló que los aparatos distribuidos para reemplazar a los defectuosos también tenían problemas.
"No es fácil determinar de momento si otros (fabricantes) tienen el mismo problema que Samsung" afirma Yasuda. "Si los suministradores de baterías las venden a otros fabricantes, éstos podrían también verse afectados" añade.
¿Cómo afecta el caso a Samsung?
Debido a esta crisis y al anuncio de suspensión total de producción y vental del Note 7, las acciones de Samsung cayeron este martes un 8% en la bolsa de Seúl.
Además, los analistas estiman que este caso podría costarle a Samsung 10.000 millones de dólares o más.
El caso afecta además gravemente a la imagen de la marca, en un contexto de competencia feroz a la vez con el iPhone del estadounidense Apple y con los teléfonos chinos de bajo precio.
La crisis con el Note 7 se produce además en un momento crítico para el grupo, ahora en plena transición generacional de su dirección, cuya capacidad para tomar buenas decisiones es cuestionada.

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